miércoles, 12 de febrero de 2014

Lyubov Orlova



El Lyubov Orlova, un crucero de 1.400 toneladas, con capacidad para 237 pasajeros, 100 metros de eslora, con su casco reforzado para poder navegar en zonas heladas.

Fue construido en Yugoslavia, en el año 1.976, para la Far Eastern Shipping Company, la cual tiene su sede en Vladivostok (Unión Sovietica).

Al igual que su hermano el Clipper Adventurer, fueron  utilizados principalmente en la zona Antártica y Ártica.

En el año 1.999, fue reformado para poder ser fletado para realizar expediciones marítimas, realizando cruceros en la Península Antártica en el año 2.000.

En el año 2.002 volvió a ser restaurado, para a continuación ser fletado por Quark Expedition, para realizar cruceros y expediciones antárticas.

El 27 de noviembre del año 2.006, el Lyubov Orlova se encalló en la isla Decepción, situada en el archipiélago de las islas Shetland del Sur (Península Antártica), siendo remolcado por el rompehielos Las Palmas, perteneciente a la Armada Española.

En septiembre del año 2.010, abandonado por sus propietarios, fue confiscado en San Juan de Terranova (Canadá), a causa de las deudas al fletador, Cruise North Expedicions por cancelarse el crucero debido a fallas de la nave.

También se debía el sueldo de cinco meses de sus 51 tripulantes.

La nave confiscada, el Lyubov Orlova, fue vendida a Neptuno Naviera, para su desguace por unos 700.000 euros en el año 2.012 (aunque otras fuentes afirman que fue una cantidad mucho menos elevada).

El barco, que llevaba más de 2 años abandonado y amarrado en el puerto de San Juan, es remolcado por el remolcador estadounidense Charlene Hunt, para llevarlo a la Republica Dominicana para realizar su desguace.

Al día siguiente de comenzar el remolcado, vientos de 35 kilómetros por hora y olas de tres metros de altura, liberan de las amarras al Lyubov Orlova de su remolcador, ordenando Canadá el retorno del remolcador a puerto, dejando el barco a la deriva.

El 28 de enero del año 2.013 el buque iba a la deriva, lentamente hacia la península de Avalon en Canada.

El buque de suministro Atlantic Hawk fue contratado por Husky Energy para recuperar el control del Lyubov Orlova, control que obtuvo el 31 de enero del año 2.013.

Una vez en aguas internacionales y considerando que la nave ya no era un peligro para la seguridad de las instalaciones petroleras, ni que regresara de nuevo a aguas canadienses, se libero el Lyubov Orlova, dejándolo a la deriva.

El 4 de febrero del año 2.013 vuelve a parecer el buque a 250 millas náuticas de San Juan (Canadá).

El 23 de febrero de 2.013, es visto a 1.300 millas náuticas de la costa irlandesa por la National Geospatial Intelligence Agency.

El 28 de febrero del año 2.013, se advirtió a los barcos más pequeños en Islandia e Irlanda de la presencia del buque a la deriva.

El 1 de marzo del año 2.013, se recibió una señal del buque (EPIRB), de que estaba situado a 700 millas náuticas de la costa de Kerry (Irlanda).

En octubre del año 2.013, también se informo de la recepción dos señales de socorro (EPIRB), emitidas por el Lyubov Orlova, con fecha del 23 de febrero una y la otra el 23 de marzo del año 2.013

Las EPIRB solo transmiten cuando las alcanzan el agua, por lo cual se supone que el buque se hundió.

En enero del año 2.014, basándose en una entrevista de un cazador de neerlandeses errantes ,Pim de Rhodes,  en la publicación The Sun, afirmó que el Lyubov Orlova podría estar llegando a las costas británicas con un cargamento de ratas caníbales.

Esta noticia fue desmentida posteriormente.

Pero la historia de un barco fantasma lleno de ratas caníbales, ha corrido de boca en boca y por todas las redes sociales.

Según el zoólogo Penny Hawkins, de la sociedad protectora de animales (RSPCS), la ratas solo sobreviven si tienen de que alimentarse, pero no se comen entre ellas, salvo situaciones extremas o de gran estrés.

Con lo cual no nos dice nada, situación extrema y de gran estrés, es estar encerrado en un gran barco, solo acompañado de tus congéneres, aunque la verdad, si se comen entre ellas, llegaría un momento en el cuál no quedarían ratas… se habrían autodestruido.

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