sábado, 20 de febrero de 2016

Vacuna antineumocócica


El otro día, mi amiga Eva, me comentaba sobre esta vacuna, de la cual jamás había escuchado hablar, pero me llamó mucho la atención, puesto que me dijo que entre sus componentes llevaba mercurio, por lo cual me intrigue y por ello he decidido conocerla y escribir sobre ella.
Antes de conocer en qué consiste la vacuna y su composición, conoceremos los bichitos de los que dice protegernos.

El neumococo (streptococcus pneumoniae), consiste en una bacteria estreptocócica, que se disemina con el contacto con las personas portadoras de esta, provocando habitualmente infecciones de oído, sinusitis (infección de los senos paranasales), neumonía (infección de uno o ambos pulmones), sepsis (respuesta inmunológica sobredimensionada, desencadenando una inflamación generalizada, creando coágulos de sangre y filtración de los vasos sanguíneos)  o meningitis (inflamación del tejido delgado, el cual rodea el cerebro y la médula espinal).

La neumonía neumocócica (infección de los pulmones), suele matar a 1 de cada 20 personas infectadas, la bacteriemia (presencia de las bacterias en la sangre), puede matar a 1 de cada 5 personas infectadas y la meningitis (inflamación del tejido delgado que rodea el cerebro y la médula), puede llegar a matar a 3 de cada 10 personas infectadas.

Los tratamientos con penicilina y otros medicamentos solían ser efectivos contra las infecciones neumocócicas, pero algunos tipos de estas bacterias han desarrollado resistencia a los medicamentos, por lo cual cada vez es más recomendable la vacunación para evitar esta enfermedad.
El tratamiento contra e neumococo se realiza mediante antibióticos, existiendo dos tipos de vacunas para prevenir su ataque.

La PCV13, vacuna antineumónica conjugada, protege contra 13 cepas de las bacterias neumococos, defendiéndonos contra la meningitis y la bacteriemia.

La PCV23, vacuna antineumónica polisacárida, nos protege contra 23 cepas, defendiéndonos contra la meningitis, la bacteriemia y la neumonía.

La PCV13 que sustituye a la anterior PCV7, es administrada a niños, hasta los 5 años de edad (se pueden administrar unas dosis de PCV13 a menores de 18 años con ciertos problemas médicos) y en personas mayores de 50 o más años de edad, con determinadas enfermedades crónicas.

La PCV23 esta ideada para las personas en riesgo, mayores de 65 años, personas con alguna enfermedad crónica, con un sistema inmune debilitado, fumadores, asmáticos o residentes de residencias.

Una vez conocida la vacuna y las bacterias de las cuales nos protege, conoceremos el tiomersal.

El tiomersal, consiste en un compuesto que contiene etilmercurio, que es el encargado de evitar el crecimiento de bacterias y hongos en algunos tipos de vacunas inactivadas (con sus virus o bacterias muertas), también se utiliza en la fabricación de algunas vacunas, para inactivar algunos microorganismos y toxinas o para favorecer la esterilidad de la cadena de producción.

El tiomersal está contenido en las vacunas contra la difteria, el tétanos, la tos ferina, la hepatitis B, la rabia, la gripe, las infecciones por Haemophilus influenzae del tipo B (bacilo de Pfeiffer) y las de meningococos.

Según la OMS la cantidad de tiomersal utilizado como conservante contenido en las vacunas es tan baja, que no hay pruebas que suponga riesgo alguno para la población.

En el año 1.999, se realizó un estudio calculando las dosis recibidas  de mercurio tras la inmunización con vacunas de contienen tiomersal, resultando que al finalizar los calendarios de vacunación infantil, podrían ser superiores al límite recomendado para el metilmercurio en Estados Unidos.

A causa de lo cual, la Food and Drug Administration de los EEUU, aconsejo a las farmacéuticas producir vacunas sin tiomersal, para las vacunaciones sistemáticas, aunque el tiomersal no contiene metilmercurio (contiene etilmercurio), posteriores estudios han demostrado que tras retirar las vacunas con tiomersal, no han afectado a trastornos como el autismo que habían sido relacionados con estas vacunas.

También hay que saber, que el etilmercurio, posee una semivida de 6 días, mientras que la del metilmercurio es de entre 40 y 50 días., además de que el etilmercurio, tiene una excreción intestinal activa a causa de lo cual no se acumula en el organismo.

Como alternativas al tiomersal, está aprobado el fenoxietanol para la vacuna antipolimielítica inactivada y el fenol utilizado en la vacuna contra la fiebre tifoidea.

El tiomersal suele utilizarse en vacunas multidosis, al tener estas posibilidades de contaminarse, en dosis individuales no es necesario, aunque puede ser que lo contenga.

Se utilizan vacunas multidosis, para que su fabricación sea más barata y reducir la posibilidad de contaminación bacteriana, así como para facilitar el transporte y también no tener que aumentar considerablemente los espacios de almacenamiento.

Pero al igual que el tiomersal, las vacunas suelen contener aluminio para ayudar al sistema inmunológico a potenciar la respuesta inmunológica a la vacuna y aunque el tiomersal ha disminuido en las vacunas el aluminio está aumentando considerablemente.

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