miércoles, 16 de agosto de 2017

La comadreja y la lima


Hace días que no os comento ninguna fabula de Esopo, pues hoy, llego el turno a otra de sus fábulas.

En este caso me referiré a una titulada “La comadreja y la lima”

Se introdujo una comadreja en el taller de un herrero y se puso a lamer una lima que ahí se encontraba.

Al cabo de un rato su lengua arrojaba sangre en abundancia, y la comadreja se puso muy feliz pensando que había arrancado algo al hierro, hasta que acabó por perder su propia lengua.

Piensa siempre que si haces un daño, tarde o temprano éste regresará contra ti.

Como le ocurre a la comadreja, que por su ansia de zamparse la lima perdió su lengua, les ocurre a muchas personas.

Aunque la mente humana es tan amplia, que existen diversos tipos de personas que se comportan como la comadreja.

Uno de esos tipos es esa persona, es esa que un día te pide un favor, a los pocos días vuelve a pedirte otro favor, y al final se acostumbra a tenerte a su disposición.

Esa persona que se acostumbra a pedir favores constantemente, generalmente no da nada a cambio, al final, tu y el mundo os cansáis  de hacerle favores, el opina que tú y el mundo son malos, aunque esta persona se ha aprovechado del mundo.

Otro tipo de persona, desea algo con tantas ganas, pongamos un coche como ejemplo, pero podría ser cualquier otro objeto.

Imaginemos que el vecino se compra coche nuevo, pues nosotros no vamos a ser menos, vendemos nuestro viejo coche y con lo que nos dan, pagamos la entrada del nuevo y el resto, a comodísimos plazos mensuales… pero como nuestro presupuesto es escaso y hemos de pagar los comodísimos plazos, pues no nos llega para ponerle gasolina y tenemos coche nuevo, pero aparcadito que gasta ¿no era mejor el viejo?

Pero aquí no se termina la cosa… y si llegamos a un punto que no podemos pagar los plazos… pues nos quitan el coche y nos vamos a patita que es muy sanito.

Pero la cosa aún puede ser peor, nos roban el coche o en un accidente lo rompemos ¿Qué ocurre entonces?

Algo muy simple, vamos a patita que sigue siendo sano, no tenemos coche, ahorramos en gasolina, pero seguimos pagando esos cómodos plazos de un coche que no tenemos.

También suele ocurrir algo parecido a lo que le ocurre a la comadreja con los sentimientos, al igual que con las cosas.

Cuando nos enamoramos, especialmente, es bastante habitual sentir un sentimiento extremo, obsesivo, se llega a tal punto que deseamos tanto a esa persona (nos corresponda con sus sentimientos o no), que nuestro sentimiento amoroso no nos permite pensar con fluidez, nos quita el hambre, etc.

Todas estas formas de comportamiento y mas que hay, son tan destructivas como el lamer la lima la comadreja.

En el primero de los casos el egoísmo del que pide favores, le destruye la amistad de los que lo rodean y el servirse de esos favores.

En el segundo de los casos, la envida del coche del vecino no te hace perder la lengua, pero si lo que tenias.

En el tercero la obsesión por un sentimiento te hace enfermar.


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